Un
estudio reciente comparó el efecto de las superficies de arena y césped
para entrenar durante sesiones de acondicionamientos. Descubre cuál es
mejor.
Recientemente se ha
realizado un estudio para determinar los efectos de cada superficie
sobre jugadores de fútbol. Los participantes del estudio fueron diez
atletas de élite (8 hombres y 2 mujeres). Se pidió a los atletas
completar cinco sesiones de pruebas independientes que incluyeron: tres
ensayos de rendimiento y dos sesiones de entrenamiento (una sobre la
arena y otra en la hierba)
Las sesiones de entrenamiento incluidas
en la investigación fueron diseñadas para imitar los patrones de
movimiento más comunes en los deportes de equipo, incluyendo la aceleración, la agilidad y ejercicios comunes de simulación de juego.
La
sesión de entrenamiento se llevó a cabo sobre arena suave (arena de la
playa) y en una zona seca de la playa retirada de la orilla del agua.
Por su parte, la sesión sobre hierba se llevó a cabo en un terreno
deportivo con césped en buen estado. Los atletas estuvieron descalzos
durante toda la sesión en arena, mientras que con la sesión sobre hierba
llevaron zapatillas.
¿Cómo se evaluaron los resultados?
La
misma sesión de entrenamiento se completó en ambas superficies de arena
y hierba y 24 horas más tarde, cada sesión fue precedida por un ensayo
de rendimiento que consistió en saltos verticales, sprints y running de 3 kilómetros contrarreloj.
Se
midieron variables tanto fisiológicas y perceptuales como el lactato
arterial, frecuencia cardiaca y el índice de esfuerzo percibido durante
cada sesión. Además, durante todo el período posterior al ejercicio y 24
horas más tarde se midieron medidas tales como el daño muscular, la
inflamación y la hemólisis (La descomposición de los glóbulos rojos).
Se
utilizaron unidades de GPS para supervisar las sesiones de
acondicionamiento específicos del deporte. La distancia y la velocidad
se calcularon a partir de los datos recogidos sobre las unidades. Las
muestras de sangre fueron tomadas pre, post y 24 horas después de cada
ejercicio.
¿Qué resultados se obtuvieron?
Los resultados de la investigación mostraron una frecuencia cardiaca y un índice de esfuerzo percibido mayores en las sesiones de entrenamiento en arena.
No hubo diferencias en el rendimiento 24 horas después del ejercicio ni
hubo indicios de daño muscular. Las tasas de inflamación y hemólisis
fueron similares entre cada superficie.
Estos resultados sugieren que la realización de una sesión de acondicionamiento específico del deporte en la arena en oposición a la hierba puede resultar en una mayor respuesta fisiológica sin infligir ningún daño adicional al día siguiente.
En
base de esta investigación, los atletas pueden utilizar superficies de
arena para mejorar el rendimiento sin tener que preocuparse acerca de
los problemas de recuperación o de rendimiento.
El entrenamiento en arena requiere menos estabilidad y una menor tasa de retorno energético durante el ejercicio, lo que resulta en una mayor carga de trabajo para los músculos para lograr la misma salida.
El
hecho de que ésto no afectará la recuperación es prometedor, ya que
puede ser un método de entrenamiento mucho más eficaz a la hora de
optimizar la recuperación de nuestros futbolistas.
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